¿Dónde estaba cuando estallos la guerra de Malvinas?
Por Rubén Ricardo Iriarte
27 de febrero de
1982 llegábamos a la sede la Sociedad Rural de Rosario para ser incorporados al
Servicio Militar Obligatorio, número de sorteo 737, no estaba muy seguro si seguiría
en tierra o partiría para alguna base aérea. El número es para aviación me
decían mis compañeros que llegaban desde distintos puntos de la provincia.
Pertenecíamos al
Segundo Cuerpo de Ejército el mismo que hasta diciembre del 81 había sido
comandado por Leopoldo Fortunato Galtieri luego presidente y mentor de la
guerra.
Si es cierto soy
clase 1961 pero había pedido dos años de prorroga acogiéndome a un beneficio
que le daban a los estudiantes y por lo tanto ingrese con la clase 1963 con 20
años a la “colimba”
Terminada la
revisación, empezó el reparto, tuvieron la gentileza de preguntarme donde
quería ir a Concordia (Escuadrón de Exploración de Caballería Blindada 2 o
Regimiento de Caballería 6 Blandengues) o a Córdoba Regimiento de Infantería
Paracaidista 14 (RI Parac 14) del Ejército Argentino tiene su base en la
Guarnición de Ejército «Córdoba» y pertenece a la IV Brigada Aerotransportada,
2.ª División de Ejército.
Y por esas cosas
de lo decidís ahora o elegimos nosotros, dije Concordia, y allí termine después
de un largo viaje en tren desde Rosario hasta la ciudad entrerriana. Calculo
que eran las 5 de la mañana cuando llegamos. Descendimos de los vagones
enfrente del cuartel, si no se como pero el tren paró allí, todos bajamos a
una calle y de allí al cuartel.
No duró mucho
nuestro tiempo allí, nueva revisación, las vacunas en la espalda,
corte de pelo (rapado) foto para la credencial ( una chaqueta de salida para tos solo para la foto ) ya no teníamos mas el DNI y entrega de ropa y elementos para partir rumbo al
campo.
El Vivac ubicado
en los bosque de Salto Grande (al lado de la represa) nos recibió para la instrucción
que duraría dos meses pero la tarea fue interrumpida el 2 de abril a las 4 o 5
de la mañana cuando nos levantaron a todos, nos reunieron en la improvisada
Plaza de Armas del campamento y nos comunicaron a viva voz HEMOS RECUPERADO LAS
MALVINAS ¡¡VIVA LA PATRIA!! Dijo el jefe
de Escuadrón Mayor Carlos Acosta.
Nos ordenaron
rebatir carpas y subimos a los camiones para volver al cartel, estaba claro
íbamos a la guerra.
Al llegar al
cuartel, de golpe aparecieron los uniformes verdes, borceguíes todo nuevo que
aún no habíamos visto porque para ir al campo no dieron unas bombachas y
chaquetas marrones (horribles), bolsón porta equipo y a guardar todo lo
necesario finalmente las armas FAP, FAL según el rol de combate pistolas 11.45 el
mío era estafeta, tenía que manejar una moto ametralladoras PAM.
Sentados en la
calle del cuartel con todos los pertrechos esperamos la orden de partir,
definitivamente íbamos a la guerra.
Todos listos de
nuevo a los camiones sin rumbo conocido por lo menos para nosotros, los
soldados con un mes y medio de instrucción del Escuadrón de Caballería Blindado
2 y del Regimiento 6 de Caballería con el cual compartíamos la guarnición en
Concordia.
Legamos, Santo
Tome y allí vehículos y soldados tres
días estacionados para ser trasportados
en embarcaciones ancladas en la sede del
Batallón de Ingenieros Anfibio 1212 (B Ing Anf 121) a la vera del Rio Colastine. La idea era trasportar
soldados, pertrechos y vehículos, tanques y tanquetas a través del río hasta
vaya uno a saber dónde.
“NO, no van, vuelva a sus bases”, fue la contra orden y
otra vez rumbo a Concordia, Paraná, Gualeguachu y Chajari entre otras. Y allí
quedamos toda la guerra con algunas salidas para hacer comisiones en la ciudad
o como en mi caso a Buenos Aires “Usted es periodista” me preguntaron “estudiando
mi principal” respondí a quien era mi superior el Suboficial principal Buera, “bueno
usted se va a Buenos Aires en comisión a la cancillería para colaborar”.
Y allí partí con
el pase para soldado en tren con la tarea de “colaborar” durante 15 días
trabajé en la sala de prensa de Cancillería cortando partes de la teletipo y repartiendo
comunicados a los periodistas que cubrían la guerra desde ese lugar. Eso si no
me dejaron sacar el uniforme, y después esperando, siempre esperando.
A la vuelta veíamos
como los galpones del regimiento se llenaban de bolsas con ropa, frazadas,
alimentos que nunca llegaron….allí quedaron se pudieron o se los llevaron
oficiales y sub oficiales fundamentalmente los alimentos donados
Los chico de
Monte Caseros si fueron es el Regimiento
de Infantería de Monte 4 “Coronel Manuel Fraga” partió pocos días después de la
vuelta de Santo Tome el 12 de abril. Pocos volvieron y de los demás regimientos
y batallones tuvieron que redistribuir soldados, suboficiales y oficiales para repoblar
el regimiento. Muchos de los compañeros de Concordia se fueron para Corrientes.
Siempre me
preguntaba porque no habíamos ido a Malvinas, un joven subteniente del cual
después quedamos amigos me dijo “éramos la reserva, si la guerra hubiera
seguido seguro habríamos ido pero nos rendimos”
dijo medio con bronca, otros comentaban que los viejos tanques Sherman y
las tanquetas panhard que eran las estrellas del regimiento no eran adecuadas
para la isla
No hay más,
Malvinas para los Soldados que quedamos en el continente contienen un
sentimiento especial y desconocido, quizás de frustración por no haber podido
ir a Malvinas. Pero estábamos aquí, si aquí en la ARGENTINA continental en
Concordia o en Ushuaia, nos sentimos parte tan listos como cada uno de los
“colimbas” que en 82 vivimos el conflicto desde adentro y en la vida militar en
un cuartel, llenos de incertidumbres.
Después todo
cambio en el cuartel, la comida, el trato, la vida militar pero de Malvinas no
se hablaba, no se debía hablar.
Con los años, ya
40 y habiendo vivido, eso vivido, habiendo perdido amigos y ex compañeros de
aquella época me encuentra con un fuerte sentimiento de pertenecía a esa gesta, a la causa, compartido por muchos pero no por
todos.-
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