Los festejos se concentraron en la plaza central que aún no llevaba el nombre de Domingo Faustino Sarmiento
Por Rubén Ricardo Iriarte
Como era?
Bajo la gobernación de Ignacio Crespo en
Santa Fe, Rufino recién había cumplido 21 años de su fundación en el año 1910,
año del centenario de la Revolución
de Mayo. La patria se preparó para festejar a lo grande, y la insipiente
población también.
Época de gran prosperidad en Rufino,
hubo aquí más de 40 fondas (comedores con alojamiento), lo que hizo presentir
un mundo de progresos en virtud, principalmente, de la rica colonia que fluía
al pueblo nutriéndolo de enorme movimiento, un reciente censo de 1907 le
asignaba 4592 habitantes entre los que se encontraban 266 inmigrantes italianos
y 164 españoles sin contar lo asentados en la zona rural.
Para entonces Rufino ya contaba con las
dos instituciones pioneras, Sociedad Española y Sociedad Italiana de Socorros Mutuos
el Círculo Católico de Obreros que cubrían además las necesidades de salud, un médico,
farmacia, imprenta, las casas de ramos generales de Vaccari, Bulgheroni, Boireau
entre las mas importantes, la estafeta de correo, dos escuela, la Nº 171 “Bernardo Monteagudo” y
otra que funcionaba en la parroquia denominada “Sarmiento” cuyo director era el
párroco de ese tiempo José Tur.
No había luz eléctrica, el alumbrado público
era con lámparas a kerosene, de prender las lámparas por la noche y apagarlas
por la mañana. En cada esquina (de las más céntricas), se instalo un poste en
donde se enganchaba la lámpara que contenía kerosene y una mecha.
Aunque, sí se contaba con teléfono a través
de un servicio sólo para privilegiados que llegaba a 50 abonados. Desde 1909 Germán Abello ínstala
una red telefónica en nuestro pequeño pueblo ya que los comerciantes y los
acopiadores de cereales, principalmente, estaban también muy interesados en tal
medio de comunicación, el nombrado se dio a la tarea de comenzar los trabajos
que concluyó en los primeros meses del año 1910.
En 1910 época en que a la Argentina la bautizaron
el granero del mundo se habían instalaron importantes empresas cerealeras como
Bunge y Born, Van Waveren, De Ridder, Boireau, y Quintana, las grandes
extensiones rurales y la prominentes cosechas lo ameritaban.
También contábamos desde hacia varios
años con la flamante estación de ferrocarril y conexiones desde y hacia todo el
país, y en materia de trasporte las carretas dejaban lugar al automóvil. Esto
ocurrió allá por el año 1909, gran conmoción provocó la circulación del primer
automóvil en Rufino su dueño Arnoldo Sturzenegger quien trajo un Peugeot,
similar a los coches de plaza, alto, de ruedas macizas, motor al medio (de ahí
que se le diera manija de costado), y con el pescante tal como aquellos
carruajes.
A
propósito de trasporte, existía un servicio de taxi, claro con carruajes, desde
plaza Sarmiento hasta los límites urbanos del poblado, que solo eran diez
cuadras a la redonda de la plaza. El único automóvil era particular y no era un
trasporte de pasajeros.
Las noticias de la insipiente colonia
eran reflejadas por dos medios de comunicación El Social dirigido por José
Benítez y Umberto Oliva, y El Gladiador dirigido por Miguel Sosa bis abuelo de
José María Sosa Covian actual director del Periódico Noticias de Rufino.
1910 fue un año trágico para Rufino la
epidemia de la viruela causo estragos en la población, según un informe del Dr.
Garrasino médico de la época la población era reacia a vacunarse y otras
enfermedades como la poliomielitis sumaron secuelas en los habitantes del
poblado.
El gobierno de la colonia estaba a cargo
de una comisión de fomentos compuesta por tres extranjeros, que eran las
familias que se habían asentado en estas tierras prácticamente desde la
fundación como presidente: Alejandro Vaccari; y lo acompañaban como vocales Manuel Quintana
y Cayetano Pardo.
Una
curiosidad política: el Ministerio de Instrucción Pública y Agricultura, por
donde se prohibía terminantemente a los miembros de la Comisión de Fomento
actuar en política, la falta de autonomía del gobierno local no daba lugar a
discusión, menos aun cuando quienes la integraban eran nombrados por el
superior gobierno provincial.
Festejos
Este triunvirato rigió los destinos
administrativos de Rufino hasta 1911 y fue la encargada de organizar los
festejos del centenario.Festejos que incluyeron además de los actos oficiales
una representación teatral que fue la primera realizada por un grupo de actores locales. Se trata del drama en
verso de José Zorrilla: “Traidor inconfeso y mártir”, y como complemento
abordan la obra cómica de los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quinteros:
“Por un apabullo”.
El estreno fue a comienzos de Mayo en el
Teatro de la
Sociedad Española con
un lleno jamás visto en esos años, según cuentan las crónicas. La pieza se
represento hasta el día del Centenario y actuaron el 25 de Mayo de 1910 en las
obras: Florencio de Vicente, Máximo Tortosa y sus hijos Santiago, Manuela y
Elisa; Ramón Toledo, José Bersano Como parte de los festejos se sumo una de las
más desbordantes domadas de potros. En los 25 de Mayo ó 9 de Julio, o en alguna
otra fiesta significativa, las domas de potros eran la máxima atracción.
Si bien hoy en el Museo y Archivo
Histórico de Rufino, esta la placa de bronce la que recuerda que en 1910 se realiza la
imposición del nombre a la calle Centenario en homenaje al cumpleaños de la
patria, la misma estuvo ubicada en la esquina de Juan B. Justo y Centenario en
la esquina sur oeste donde hoy funciona una farmacia, pero por razones
desconocidas fue retirada.
En los actos centrales amenizados por la
banda musical dirigida por el maestro Francisco Pardella, uno de los
integrantes de la comisión de fomento Alejandro Vaccari dona una fuente de agua
que es inaugurada para el centenario en Plaza Sarmiento (foto)
El acontecimiento nacional ameritaba todo
tipo de expresiones, las colectividades también se sumaban a los festejos, así Manuel Quintana, inmigrante español e
integrante de la comisión de fomento
trajo por su exclusiva cuenta, para la Sociedad Española,
principalmente, y luego para quien lo quisiera oír a uno de los mejores gaiteros
que había en el mundo en aquel entonces: Libardon, quien además era un gran
cantor y brindó una función memorable.
Si bien no hay exactitud en la fecha
solo una fotografía de la época tomada por José Della Mattia de 1910 muestra la
presencia para los festejos del centenario del embajador extraordinario de
Inglaterra quien llego por tren a Rufino y compartió en la estancia Laguna del
Monte de los Cobo un asado criollo.
También llegaron a suelos rufinenses en
el año del centenario el aviador Virgilio Mira tripulando su avión “La
golondrina” siéndole primer aeroplano en pisar estas tierras.
Mientras que Ernest Henry Shackleton
explorador ingles al polo sur bajo en la estación ferroviaria en 1910 para
saludar a una nutrida colectividad de colonos.
En las polvorientas llanuras donde se
enclavaba Rufino, 1910 se presentaba como un año esplendoroso, con el empuje de
una comunidad joven, visionaria y con la ilusión puesta en los avances que
venían de la mano del ferrocarril y las próspera actividad ganadera y cerealera.
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