sábado, 22 de febrero de 2020

LAGUNA LA PICASA: el ferrocarril y sus inconvenientes entre 1889 y 1923

Vagón de pasajeros sobre Laguna La Picasa en 1889


Durante su primer decenio la empresa BAP (Buenos Aires al Pacífico) llevó una vida precaria y en una ocasión estuvo al borde la bancarrota. En 1886-87, antes de que las secciones abiertas al tráfico hubieran experimentado los beneficios que se derivaban del transporte por ferrocarril, una gran epidemia de cólera azotó todo el país; los estragos que esta enfermedad causó en las provincias del Oeste fueron de tal magnitud que el comercio quedó prácticamente detenido. En 1889, extraordinarias inundaciones ocasionaron enormes daños a las vías paralizando el tráfico en la línea principal entre Castellanos y Mackenna desde Marzo hasta Diciembre inclusive. Las inundaciones cubrieron una extensión de 180 Kmts. encontrándose unos 20 kilómetros de vía bajo el agua que, en partes, llegaba a un metro de altura sobre el nivel de los rieles, mientras que en unos 76 Kmts. más, el agua se hallaba al mismo nivel que los rieles, pues los terraplenes estaban tan saturados que era imposible correr trenes.
Se procedió al levante de la vía permanente hasta dejarla a unos 45 ctms. bajo el nivel del agua, después de lo cual el trabajo prosiguió con tanta lentitud que resultaba de mayor valor el tiempo que se perdía que la vía y, en consecuencia, quedó enterrado un trecho de 1.600 metros entre Castellanos y Roseti. Años, más tarde ese trozo de vía fue desenterrado. Estas inundaciones, además de causar la interrupción del tráfico directo en varias ocasiones por períodos largos, irrogaron fuertes gastos para reparar la línea y levantar su nivel.
Según se sabe, en más de una ocasión, esta laguna ha causado serios inconvenientes y graves perjuicios a la corrida de trenes y a la estabilidad de la vía, como consecuencia de crecientes inusitadas.
Al inaugurarse la línea en 1886, el área ocupada por ésta era relativamente pequeña y, aun cuando la vía cruzaba la laguna en su parte más ancha, apenas tenía unos 600 metros de recorrido. Sin embargo, en 1889 (el año de la fundación de Rufino) las inundaciones produjeron un aumento del caudal hasta hacerlo alcanzar a 1,20 mts. del nivel del riel, rebasando las obras de protección. Hubo que construir obras de protección constituidas por una fajuna de mimbre y unas 24.000 toneladas de tierra que se echaron para aumentar las bases del terraplén.
Durante el transcurso de los 30 años que siguieron, el agua jamás llegó al nivel apuntado y en varias ocasiones la laguna se secó por completo.
En 1922 nuevamente se produjeron grandes inundaciones y las aguas de la laguna crecieron con tanta rapidez que la empresa se vio obligada a aumentar en 0,75 mts. la altura del terraplén, consolidándolo, además, con unas 80.000 toneladas de piedradurante los dos años siguientes. Estas medidas de precaución se vieron ampliamente justificadas, pues, a fines de 1923, las aguas alcanzaron el nivel máximo registrado hasta ahora, y los rieles habrían sido cubiertos por 0,15 metros de agua de no haberse llevado a cabo estas obras.
En la época referida, la laguna cubría una superficie de 100 kilómetros cuadrados, y el terraplén que hubo necesidad de construir tiene una longitud de 8 kilómetros.

Fuente consultada: De La Carreta al Brillante - Antonio Martín 

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